El calentamiento global o también denominado Cambio climático antropogenico, que considera a cualquier cambio climático considerando la influencia de la actividad humana. Es el fenómeno de un aumento de la temperatura de la atmosfera terrestre y de los océanos.
El cuerpo de la ONU encargado del análisis de los datos científicos relevantes – IPCC (Inter-Governmental Panel on Climate Change o Panel Intergubernamental del Cambio Climático)- sostiene que «la mayoría de los aumentos observados en las temperaturas medias del globo desde la mitad del siglo XX son muy probablemente debidos al aumento observado en las concentraciones de GEI(gases del efecto invernadero) antropogenicas». Esto es conocido como la “teoría antropogenica” y predice que el calentamiento global continuara si lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cualquier tipo de cambio climático además implica cambios en otras variables. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de avaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que intentan simular la física de la atmosfera del océano y que tienen una precisión limitada debido al desconocimiento del funcionamiento de la atmosfera.
El Protocolo de Kioto, acuerdo originado en la convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático adoptado en la Conferencias de Naciones Unidas sobre el medio Ambiente y Desarrollo promueve una reducción de emisiones contaminantes (principalmente CO₂).
La concentración atmosférica de CO₂ se ha incrementado hasta un 31 % por encima de los niveles pre-industriales, dese 1750. Esta concentración es considerablemente mas alta que en cualquier momento de las últimos 420.000 años, el periodo del cual han podido obtenerse datos fiables a partir de núcleos de hielo. Alrededor de tres cuartos de las emisiones antropogenicas de CO₂ a la atmosfera durante los últimos 20 años se deben al uso de combustibles fósiles. El resto es predominantemente debido a usos agropecuarios, en especial deforestación.
Una alternativa para disminuir la liberación de gases a la atmosfera, es a través de la aplicación de grandes volúmenes de compost. De hecho uno de los efectos del compost más estudiados es sobre su acción de disminución de gases que actúan en el calentamiento global. El compost tiene dos formas de acción sobre los gases del efecto invernadero, uno sobre el absorción y retención del CO₂ generado a partir de combustibles fósiles, de la única forma que puede ser retenido el carbono, es decir en compuestos húmicos. La otro forma es durante el proceso de humificación en el cual toma el co₂ atmosférico y lo retiene nuevamente en un compuesto estable.
La capacidad potencial de secuestro de carbono oscila según Lal et. at 1999 entre 75 y 208 X10⁹ Kg de carbono/año, esto representa 10 % de la emisiones totales en EEUU y 1.5 % de las emisiones totales de las emisiones agrícolas.
El papel del suelo como almacenador de carbono es en este momento un tema de investigación prioritario en la Unión Europea.
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